15.11.2019
DIARIO CLARIN · Un sistema en crisis, con empresas en rojo y socios que no toleran más subas
En diciembre las cuotas de las prepagas subirán 12%: será el octavo salto del año y el mayor desde 2016. Quedarán 60,6% más caras que 12 meses atrás y casi al triple (197% más) de lo que valían tres años antes. ¿Eso es mucho o es poco? La crisis en la que está el sistema de salud privado queda al descubierto al escuchar las muy distintas respuestas que recibe esa pregunta.
Para los afiliados, con salarios registrados que sólo se actualizaron un 44,2% en el último año (según el Indec), está claro que es demasiado: por eso, cada vez más se dan de baja o piden cambiarse a planes de menor costo. Pero, según las empresas -que habían pedido 7 a 10 puntos más de aumento que lo avalado por el Gobierno-, el ajuste está lejos aún de compensar el encarecimiento de sus costos, altamente dolarizados.
Claudio Belocopitt, presidente de la Unión Argentina de Entidades de Salud, lo planteó sin vueltas a Clarín: “Con la suba del 12%, la situación no quedará equilibrada en lo más mínimo. Se va empatar la inflación general de los últimos 24 meses, pero la inflación del sistema de salud fue mucho mayor”.
“Argentina -añadió- tiene el sistema de salud más amplio e inclusivo del mundo en extensión de cobertura. Eso es un orgullo, pero en el último tiempo se volvió insostenible por el agregado constante de nuevas coberturas obligatorias, la alta inflación y el impacto de una devaluación explosiva en medicamentos, equipos e insumos. Todo eso formó un combo que llevó al sistema a la crisis más grave de su historia. Todos los financiadores están en rojo y en riesgo, gastando más de lo que recaudan.”
Ahora bien, ante esto, muchos podrían preguntarse: ¿Es en verdad tan dramática la situación o las empresas exageran para ganar más dinero? Especialistas consultados por Clarín tendieron a inclinarse por la primera posición, y apuntaron a una realidad que preocupa cada vez a nivel global: la “inflación médica”.
“Se trata de un fenómeno por el cual los costos de los sistemas de salud vienen creciendo muy por encima de la inflación general, debido a que las personas viven cada vez más años y a que se suman tecnologías y medicamentos con muy altos precios en dólares. En Europa, la inflación anual es menor al 3%, pero la inflación médica está cerca del 9%, y pasa algo similar en el resto del mundo”, explicó Rubén Torres, experto en Planificación y Gestión de Políticas Sociales, ex superintendente de Servicios de Salud y actual rector de la Universidad Isalud.
“En Argentina eso ocurre -sumó-. Pero acá, la situación se agrava enormemente por el contexto económico, por problemas regulatorios nunca resueltos, por leyes que sumaron coberturas al PMO sin aclarar cómo se financiarían, y por los amparos judiciales que obligan a cubrir tratamientos costosos sin fundamento en evidencia científica.”
En ese sentido, un estudio reciente de la Universidad Isalud y la consultora Prosanity mostró que, en julio, los costos en los que incurren los seguros médicos para garantizar el PMO habían crecido un 65,8% interanual (para llegar a $ 1.833,81 mensuales), contra un 54,4% de la inflación general. Mientras que, desde 2010, el costo del PMO acumuló un 364,6% de avance, frente a un 295,4% de inflación general.
Ernesto Van der Kooy, especialista en Administración de Establecimientos de Salud y presidente de Prosanity, estimó además que, desde julio, los costos de dar el PMO ya habrían subido otro 25%. Y aclaró que ese número calculado se aplica a las obras sociales.
“El costo del PMO para una prepaga es aún mayor porque su público usa más el sistema. En promedio, en obras sociales hay cuatro consultas anuales por persona, de las que salen todas las prácticas y medicamentos, mientras que en las prepagas el promedio es de 9. Además, la gente acude directamente a los médicos especialistas antes de ir al clínico, y eso dispara el gasto”, indicó.
“Las prepagas se quejan con razón de que las cuotas no les cubren los costos, pero los usuarios, con sueldos que no subieron con la inflación, no pueden pagar más. El sistema sanitario entero está en crisis, y las prepagas son parte”, opinó Van der Kooy.
Nebel Moscoso, profesora asociada de Economía de la Salud de la Universidad Nacional del Sur e investigadora independiente del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS-Conicet), destacó que “en los últimos cuatro años fue cuando más aumentos de cuotas se les permitió” a las prepagas.
Pero recordó que el reclamo de ajustar los precios de los planes era anterior, en la medida en que aducían que los aumentos autorizados antes no acompañaban sus incrementos de costos. “Bajo este argumento, las subas de precios de 2019 podrían no responder exactamente al incremento de costos del mismo año, sino a ajustes de períodos anteriores”, señaló.
Moscoso destacó también que, ante el fuerte crecimiento de sus costos, las prepagas tienen más complicaciones que las obras sociales y que el sistema público a la hora de intentar la situación. Esto debido a que, si apelan a recursos de ajuste como reducir prestaciones, retrasar la actualización de los honorarios médicos o aumentar las listas de espera, corren un alto riesgo de perder beneficiarios.
La alternativa a subir las cuotas -consideró Moscoso- es diversificar las opciones de planes con alternativas de menor costo, con copagos. “De esa forma, los beneficiarios de bajo riesgo, principalmente jóvenes, podrían acceder a una póliza de menor precio. Y esto evitaría la baja de los que hoy están sufriendo los aumentos continuos de precios y no consumen prestaciones de salud”, analizó.
“Una reflexión que queda pendiente, tras este análisis, es que haber obligado a las aseguradoras a no discriminar riesgos, con el consiguiente incremento de costos y precios de las pólizas, ha generado que otros usuarios (los de bajo riesgo y poco uso) deban abandonar el seguro privado, en algunos casos demandando atención en el sector público. Al final, el seguro privado se volvió accesible para unos, e inaccesible para otros, igual que antes”, cerró la investigadora.
Crecen a marcha muy lenta los seguros parciales
En enero, por decreto, el Gobierno habilitó a las prepagas a ofrecer planes que no garanticen el 100% del Programa Médico Obligatorio (PMO) sino sólo una parte de las prestaciones básicas. Se había generado, entonces, la expectativa de que el sector se lanzara en masa a vender esas nuevas coberturas.
Pero nada de eso ocurrió. La gran mayoría de las empresas resolvieron esperar. En parte, comentaron en varias a Clarín, por considerar que el contexto de crisis no ayudaría a que tengan demanda. Pero también, por temor a que la Justicia luego las obligue a cubrir lo que estos planes excluyan.
De momento, la única que avanzó fue Swiss Medical, con tres planes que presentó en junio como “complementarios” y que le exigen al contratante tener una obra social. Uno de ellos incluye sólo la cobertura de internación; los otros, únicamente la atención en consultorios, estudios y tratamientos.
Las cuotas, aseguraron, son 65 a 70% menores que las de un plan medio común. Hasta ahora 15 mil personas contrataron estas coberturas, mayormente en el interior del país.
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